[editar]Características
La luciérnaga se caracteriza por poseer un par de antenas delgadas y articuladas, élitros y un protórax modificado de forma que casi cubre la cabeza. En la mayoría de las especies de luciérnaga es muy notorio el dimorfismo sexual: mientras los machos alcanzan un desarrollo completo similar al de otros coleópteros, las hembras conservan un aspecto larvario, con élitros reducidos a escamas y se parecen más a cochinillas que a escarabajos, con patas rechonchas y sin alas, no pudiendo así volar. A menudo sólo pueden distinguirse de las larvas porque tienen ojos compuestos.
[editar]Reproducción
Después del acoplamiento, la hembra de luciérnaga pone los huevos fertilizados, bajo de la superficie de la tierra. Los huevos se incuban durante 3 a 4 semanas y entonces salen de ellos las larvas, que tienen ojos simples. Algunas hacen madrigueras subterráneas, y otras en la corteza de los árboles. Las larvas de luciérnaga, conocidas como gusanos de luz, se alimentan de pequeños caracoles y babosas. Los paralizan con un fluido digestivo que digiere el cuerpo del molusco y luego succionan su alimento. Después de meses de alimentarse se convierten en pupas durante 7 a 20 días y luego emergen como adultos (imagos).
[editar]Alimentación
La luciérnaga es un depredador especializado alimentarse de caracoles y babosas. Una vez que ha localizado a su presa se monta sobre ella para inmovilizarla asestándole un mordisco con sus mandíbulas. Durante su desarrollo, una larva de la luciérnaga puede comer más de setenta caracoles.
[editar]Hábitat y distribución
La luciérnaga es fácilmente encontrable en pantanos o en las áreas húmedas y boscosas, donde sus larvas tienen una fuente de alimento abundante.
[editar]La luz de la luciérnaga
Las hembras de luciérnaga muestran su lucecita alojada en la parte inferior del extremo del abdomen: dos segmentos, y dos puntitos luminosos en cada uno de los extremos para cortejar al macho. En cambio, los machos mantienen las lucecitas del estado larval – que son los dos puntos luminosos de los extremos del octavo segmento abdominal -, sólo brillan cuando son molestados.
Según el proyecto "¿Has visto una luciérnaga?" de la Universidad de Córdoba existen otras especies que, al contrario que la especie Lampyris, no brillan con luz fija, sino que parpadean, por ejemplo las del género Luciola, también presentes en la Península Ibérica. Los machos de estas especies utilizan a modo de código de preguntas a las hembras, que responden. Cada uno ó dos segundos, los machos emiten destellos cortos durante su vuelo. Las hembras, que no pueden volar, les responden desde la vegetación con un parpadeo de pulsos más dilatados.
La luz es producto de unas reacciones químicas en la que una molécula, la luciferina, reacciona con oxígeno y con la molécula ATP (adenosín trifostafo, el vehículo de la energía química de muchas de las reacciones internas de los seres vivos), como explica el Proyecto: ¿Has visto una luciérnaga? del departamento de Ingeniería Forestal de la universidad de Córdoba. La reacción produce una luz amarillento verdosa. El proceso es extraordinariamente eficiente: menos del 2% de la energía se convierte en calor (lo que contrasta, por ejemplo, con el 95% de pérdidas de una bombilla ordinaria ).
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